jueves, 29 de noviembre de 2012

“Hoy puede ser un gran día” Del Profesor Charlie López.



I.S.P.I. Nº 4031 “Fray Francisco de Paula Castañeda”


Profesorado de Educación Primaria. TALLER DE PRACTICA 3.

Parcial domiciliario.

“Hoy puede ser un gran día” Del Profesor Charlie López.

Alumno:
Juarez Rodrigo Miguel Ángel.
Profesoras:
Cecilia Capelletti.
Daniela Cargniello.



No recuerdo  como llegue a casa, solo sé que lo único que hice fue pensar y pensar, como yo, que había estudiado tanto para estar en el lugar que estaba, el de profesor, podía estar dudando de aceptar o no  la oferta laboral que me habían propuesto.
Luego de tomarme un café en la tranquilidad de mi hogar me dirigí a mi habitación y me recosté con el afán de llegar a la certeza de aceptar o no, no recuerdo en qué momento pero me dormí profundamente. Sera por la tensión de los últimos días que cuando desperté eran las diez de la mañana del siguiente día. Totalmente relajado tome una buena ducha y salí hacia la calle rumbo a la peatonal Lavalle a mirar alguna vidriera y a la librería de un amigo para ver si en ella, había algún texto que me sorprendiera. Camine por mucho tiempo, no recuerdo cuanto fue, llegue al negocio de mi amigo y entre mate y mate le conté los últimos meses de mi vida a mi amigo del cual, el único consejo que recibí fue que a los chicos de hoy,  la única forma de educarlos era lisa y llanamente con mano dura. Después de varios mates me retire pensando en la premisa de educar con disciplina. Si dejaba toda la pedagogía y didáctica que me habían enseñado y solo aplicaba contenidos más disciplina. Una vez en el subte de regreso a casa me baje una parada antes de la que correspondía y pensando en lo que me había dicho mi amigo camine hacia el parque nacional, el cual, vale la aclaración, es el más lindo y grande de la ciudad y al cual, mi padre me llevaba cuando era niño a alimentar a las palomas. Entre tantos pensamientos se me paso la mañana y la siesta también,  entre recuerdos buscados para decidirme me acorde la manera de enseñar que tenía mi antigua profesora d ingles, La Profesora Alba Lamarque, si bien los tiempos habían cambiado su manera de enseñar seria fácilmente adaptable a mis futuros nuevos alumnos,  aunque estos sean más rebeldes que los anteriores. La profesora y regente de ese entonces era una señora entrada en años y en experiencia, de buena posición económica, había tenido la suerte de haber viajado por el mundo, y ella utilizaba el ingles como instrumento para ser entendida y poder relacionarse con la mayoría de las personas de los lugares que había conocido. Nos explicaba que el ingles era el nuevo lenguaje planetario y que sería un requisito excluyente en el futuro para conseguir cualquier trabajo bien remunerado. Esta señora risueña fue la que me transmitió las ganas de ser profesor y de ingles. Entre anécdotas de cada viaje que realizó lograba que la clase se concentrara y se interesara en muchas cosas que le habían sucedido durante sus travesías por el globo. Estoy seguro que todos mis pares, incluyéndome en ellos, aprendimos mucho de ingles y que mis compañeros no recuerden mucho de esta materia se debe a la carrera que ha elegido cada uno de ellos. Vale la aclaración que el único que se volcó por la divina profesión de enseñar fui yo. Los demás  algunos son profesionales y otros han tomado por el lado de los diversos oficios técnicos que sirven a cualquier ama de casa,  como ser técnicos en refrigeración, electricistas, técnicos en computación etc., etc. Pero hay algo más importante aún, hoy en día cuando nos juntamos como todos los años en el mes de septiembre, siempre en cada una de las sobremesas alguno te dice: ¿Te acordas de Lamarque? Las últimas noticias que tengo es que goza de buena salud, ya se ha jubilado, lamentablemente ha perdido a su esposo y ha cambiado los pasillos de la escuela por el jardín de su casa y las reuniones de té con amigas.
De regreso a mi casa me sentía mas aliviado. Me propuse preparar con tranquilidad mis exámenes finales y aceptar el puesto que me ofrecía la escuela. Estaba seguro, que durante las vacaciones tenía tiempo de sobra para terminar de aclarar mi pensamiento y encontraría la manera de poder controlar y enseñar a mi nuevo grupo de alumnos. Una de mis ideas era reunirme con algún profesor de estos niños para que me oriente y yo poder recabar información sobre ellos, para ver en qué lugar me posicionaría para enseñarles y las estrategias que podría utilizar.
La idea de poder reunirme con alguno de los antiguos profesores de mis futuros quedo en la nada ya que no tuve respuesta alguna por parte de ellos o las respuestas que tuve no fueron significativas para mí. Antes de retirarme me reuní con la directora la cual recibió mi respuesta positiva en relación a la suplencia que me ofrecía pero antes de retirarme me miro a  los ojos y me interpelo:
_Profesor, ¿Por qué se ha tomado el fin de semana para decidirse a aceptar el cargo con lo difícil que esta para conseguir una suplencia de esta duración?_ Mirándome a los ojos mientras revolvía su reciente y humeante taza de café.
_Son mis primeras experiencias como profesor y sinceramente me ha costado mucho controlar a los alumnos_ Respondí sin dudar.
_Querido, enseñar se aprende en el profesorado pero más se aprende en el campo de batalla_ me contesto sin dejar de revolver su café.
_Me doy cuenta señora, me está costando aggiornarme pero sé que soy capaz de lograrlo aparte como usted dice para ello es que he estudiado tanto.
_Quédese tranquilo el próximo curso viene con el plan de estudio nuevo y es más manejable ya no se tiene que preocupar por D´Ambrosio, ese chico ya paso a quinto año y con suerte ya se va de la escuela.
_Gracias._ Me retire saludando amablemente pero pensando mucho en la solución fácil que me planteaba la Directora.
El chico problemático ya se va y se tranquiliza todo. Sin preocuparse si ese alumno aprendió algo o no. Lo importante es que ya se va. Si la escuela logro algo con este chico importa poco o nada. Lo peor es que yo estaba incluido entre esta tipología de docentes por que no había logrado nada, en tan poco tiempo, con D´Ambrosio y dudo que también haya logrado algo con sus compañeros.
Al año siguiente conocí a mi nuevo grupo de alumnos y era verdad era un grupo mas dócil y más ordenado o será que eran igual a los anteriores pero les faltaba su D´Ambrosio. Yo desde mi lugar y después del  primer día gracias a consejos de varios colegas de mi profesorado aplique una disciplina relativa. De entrada pude manejar al grupo siempre marcando que el líder era yo y el que enseñaba era yo sin dar lugar a bromas. Base mis estrategias pedagógicas en el turismo. Los lugares del mundo a los cuales los alumnos podrían llegar a viajar el día de mañana y como el ingles podía ayudarles a comunicarse. Quizá dada la situación económica de mis alumnos muchos nunca podrían viajar a l exterior pero este nuevo grupo se conformaba con soñar en hacerlo. Ellos mismos traían fotos y lugares a los cuales les gustaría ir entonces se armaban entretenidos debates de cómo pedir una cena, como saludar, como agradecer y entre tantos debates yo iba metiendo los contenidos que me exigía el programa uno a uno.
Diez años después de mis primeras experiencias en la docencia y muchos alumnos que han pasado por mi vida me doy cuenta que al elegir mi profesión no me equivoque. En la escuela donde todavía doy clases mis colegas no entienden por que, cuando me observan ya sea en clases o en cualquier lugar de la escuela ven que estoy siempre sonriente. Muchos me lo han preguntado y la única respuesta que han recibido es “porque tengo vocación de enseñar.”










1 comentario: